Coaching Organizacional

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Organizaciones que requieren adaptación al cambio

La Revolución del Coaching Organizacional

   Actualmente en nuestro país y en países de habla hispana, la curiosidad por el coaching está aumentando exponencialmente, y como consecuencia de esto, las acepciones de este término en Internet son innumerables, más de un millón doscientas mil referencias en español, cuando hace años sólo había unas pocas, y en ingles más de ochenta y seis millones de entradas. La clave para alcanzar el éxito en cualquier lugar depende de la capacidad para adaptarse al cambio, así el cambio se convierte en una necesidad para el avance y la prosperidad, y no es una opción. La cultura de una organización será una ventaja competitiva diferencial en la medida en que permita ser cada vez más rápidos en la implantación de las estrategias de mercado que se definan en cada momento. Sin embargo, el éxito del pasado reciente refuerza inercias reflejadas en comportamientos y actitudes de sus líderes que no tienen vigencia en el contexto competitivo actual.

La Resistencia al Cambio: Entre la Necesidad y la Comodidad

El cambio no es fácil, requiere tomar conciencia de la necesidad de él y esforzarse por modificar hábitos que ahora, en este momento ya no nos son prósperos. El aspecto emocional es tanto o más importante que la ejecución de cualquiera de las fases del proyecto de implantación que hayamos podido prever de manera racional. El problema yace en que seguimos aplicando lo que ha funcionado anteriormente por imitación, por no contradecir tradiciones, por falta de iniciativa o por falta de líderes transgresores. Incluso con los cambios generacionales en altos cargos directivos, las actitudes siguen siendo resistentes al cambio. Nadie “quiere” cambiar.

No es suficiente con que los líderes de la organización compartan una misma visión, es necesario el compromiso. Debemos vivir los valores de la nueva cultura de cambio en nuestros comportamientos y actitudes diarias. La mejor campaña de comunicación en la gestión del cambio es predicar con el ejemplo.

Superar barreras propias es el mayor acto de liderazgo.

Como líderes del motor del cambio que aspiramos a ser debemos, en primer lugar, clarificar cuáles son nuestras propias actitudes y barreras ante el cambio. ¿Qué nos va a aportar a cada uno de nosotros este cambio? Y, ¿cómo vamos a trabajar estas actitudes para poder superar nuestras propias barreras y convertirnos en motor del cambio? La labor del coach es de suma eficacia en nuestra propia transformación, y también lo es su acompañamiento durante las distintas fases de descubrimiento de nuestras propias actitudes ante el cambio y gestión del cambio interno. Y en este camino de la propia transformación en el que “se hace camino al andar”, el coach nos ayuda a ser sinceros con nosotros mismos y a no rendirnos hasta llegar, trabajando así el aspecto emocional, que tantas veces queda banalizado en los procesos de gestión del cambio organizacional.

Indudablemente todos somos responsables de dirigir y gobernar nuestra vida, pero en muchas ocasiones, especialmente en nuestra vida laboral, la falta de información y orientación nos conducen a desarrollar una carrera profesional muy por debajo de nuestro talento. Un factor implicado en este hecho y desconocido para la mayoría es el desconocimiento de nuestro potencial (cuánto hay de “no quiero” o “no sé” más que de “no puedo”) y de nuestra responsabilidad en el éxito y en el fracaso de nuestra carrera. También puede ocurrir que en ocasiones nos sobrevaloremos en exceso, alcancemos el máximo nivel de incompetencia y nos estanquemos. Esta situación es aún más grave cuando somos empresarios, directivos y además desarrollamos un proyecto hasta que sobrepasa nuestras capacidades, por mantenernos en una forma de hacer obsoleta y no saber o no querer elegir el camino del cambio y acabamos siendo un lastre para su progreso.

Las causas principales de que no desarrollemos adecuadamente todo nuestro potencial son, entre otras: el desconocimiento de nosotros mismos, mandos que no brindan oportunidades de desarrollo ni orientación, la ocupación de puestos para los que no estamos preparados, falta de reflexión, planificación, etc.

¿Te imaginás un equipo más alineado, motivado y efectivo? Hacelo posible: estamos a un mensaje de distancia.